El sistema político-administrativo de China

Creo que es un momento importante para hacer una reflexión general sobre el sistema político
y administrativo de la República Popular China, de cara a su XX Congreso que se celebra estos
días y que elegirá a su presidente y Politburó para los próximos 5 o 10 años en tiempos de una
fuerte inestabilidad y conflictos reales y potenciales.
En términos generales, el sistema político es estable, con “familias”, controlado fuertemente
desde la centralidad, aunque con un control férreo que va desde el cantón (organizados en
comités de partido que se integran y controlan la burocracia tecnócrata, y en muchas
ocasiones administrativa, que ejercen el control sobre la sociedad civil del mismo), hasta la
comarca y las ciudades, que se reproducen al nivel de la provincia, (equiparables a países
europeos), y de ahí, a nivel nacional.
Se ha producido un gran descontento en la forma tan estricta de la gestión del Covid-0,
durante el segundo mandato del líder Xi Jinping, lo que ha producido una evolución hacia una
forma elaborada de dictadura interior del propio aparato político y administrativo. Esta
tendencia, ha provocado una situación que ha afectado de pleno en la situación económica del
país, reduciendo drásticamente su tasa de crecimiento al 2,2% del PIB en 2020, e incluso con
una caída del -2,6%, hasta el 0,4% en el II Trimestre del este año.
Esta situación ha provocado una huida hacia delante, mediante la manipulación de los datos
de la economía, temas sanitarios y de la salud, tergiversación de datos, control cibernético de
casi todo, de medios de comunicación, sean digitales o escritos, redes propias, televisiones y
radios; junto a una fuerte intervención en las empresas, en el sector privado, así como una
actuación con Rusia nefasta, pero que probablemente para ellos es inevitable; aunque esto no
quiere decir que estén de acuerdo con esa guerra, ni con la actuación del agresor, pero
tampoco pueden decirlo.
Junto a todo ello, cuenta con los miembros del partido, sustentados por una pesada burocracia
administrativa y empresarial, tanto en empresas públicas como en las privadas, que, dirigidos
por los órganos de Gobierno y dirección, conforman el entorno que forman parte de la familia
del dictador, es mejor ya llamarlo así; y quedan otros, los menos, que están en contra porque
preferirían más apertura, incluso democrática con moderación, con control y tiempo.
Por tanto, esa estabilidad interna, puede convertirse en inestabilidad sin demasiados avisos,
porque se pretenda que no renueve el actual timonel en el próximo congreso, o una vez
renovado, cesarlo; pero si ese fuera el caso, nunca se deberían esperar cambios fuertes o
rápidos, que en general serían lentos, controlados, en el tiempo, aunque ahora todo es más
inestable e impredecible.
Esta situación provoca un riesgo, en este momento, con una fuerte campaña interna
nacionalista, a través de la búsqueda de enfrentamientos exteriores nacionalistas, por
ejemplo, en la isla de Taiwán, y en el Pacífico, para encontrar un “enemigo exterior”, para
apaciguar la crisis interna, aunque un sistema tan extenso y complejo como el de China, no
daría para mucho tiempo sólo con dicha retórica; y sobre todo, observando la evolución de la
guerra de Putin para invadir Ucrania.
En China, el control cibernético es extenso, casi total, moderno, sea en redes, administración,
conversaciones, publicaciones, reconocimiento facial, pagos, navegación, buscadores, y otros
sistemas tecnológicos.

Por tanto, cualquier movimiento disuasorio, se produciría en reuniones personales, durante el
congreso, por ejemplo, para exigir una explicación de la política COVID-0, por su anacrónico
mantenimiento, que es, sin duda, uno de los motivos por su duración en el tiempo, que está
siendo tan extenso; lo que permite limitar muchos de los posibles movimientos personales,
controlando a los medios digitales que son inmediatamente detectados, llevándolos a la
represión inmediata.
El XX Congreso del PCCh está, en principio, controlado por la elección de los delegados
asistentes, lo que asegura en principio al dictador y “su familia o tendencia en el partido”, la
reelección. No obstante, es preocupante los signos que muestra el dictador de neurosis
política, a través de los clásicos síndromes de persecución implacable a enemigos reales o
imaginarios, y evidentes muestras de narcisismo, amplificando los enemigos en cualquier
ámbito.
Han sido continuas e implacables las campañas anti corrupción para eliminar enemigos, que se
ha venido realizando desde el comienzo de su primer mandato, es un clásico histórico en el
país, donde la corrupción es tan extensa que permite, moviendo los resortes, aniquilar
enemigos políticos con facilidad, porque afecta a una gran mayoría del aparato político y
administrativo, aunque sin duda haya ido disminuyendo.
Xi Jinping es un hombre intelectualmente muy limitado, todos sus títulos se corresponden más
bien con un espejismo propio del sistema y el tiempo en que los obtuvo; sea el de ingeniero en
una elitista universidad, donde accedió por la vía de los soldados, o el doctorado; la realidad es
que su nivel de preparación es muy deficiente, incluso con una formación incompleta con
inmensas lagunas que no son propias en otros miembros del partido. Pero, sin duda no le falta
astucia, pues si no fuera así, no estaría ahí; ya que ha tenido que contar con los suficientes
apoyos para escalar los escalones del partido, sobre todo por razón familiar, a través de su
padre, que, aun siendo purgado en su momento, fue un alto dirigente desde el inicio de la
revolución, llegando a ministro del anterior gran dictador Mao.
Su estado actual es, en cierta medida, una incógnita, me refiero a sus miedos, manías,
precauciones, visión poco objetiva de la realidad no aceptando consejos de sus propios
órganos, psicosis, etc., que, como el líder ruso, puede ya haber llegado a un grado alto de
distorsión mental de la realidad.
Los datos en China, siempre están “finamente” manipulados, en particular los económicos y
sociales, que dan muestra de sus supuestos avances en riqueza, tamaño del PIB, tecnología,
disminución de la pobreza, logros tecnológicos. Es fácil de entender, viendo lo que ahora pasa
en España por ejemplo con el INE, Ministerios, medios, como muestra de control del ejecutivo
para que parezca que los resultados económicos son mucho mejores de lo que realmente son
y transmitírselos a la población, con refinamiento; aunque, por otro lado, aquí también están
los observadores internacionales, con sus inversiones, para darnos una visión real y no ficticia
de lo que nos quieren hacer creer.

Rubén García Quismondo Pereda
Socio director de Quabbala, abogados y economistas