Atención a lo que no se ve

Carmen Reinhart ha dicho: «En crisis siempre digo que no es lo que ves lo que luego te atrapa, sino lo que no ves. Son los riesgos que no se cuantifican». Dice que la crisis que puede venir ahora puede ser peor que la gran depresión, que la primera guerra mundial, que la segunda guerra mundial,… Esto es porque lo que ella observa grandes desviaciones financieras durante el 2020 y 2021 y que todavía las estamos viendo.

 

Estas políticas de indulgencia, que han permitido a los hogares y empresas retrasar reembolsos, una vez que estas políticas se reduzcan o se eliminen, entonces veremos cuáles son las verdaderas vulnerabilidades subyacentes, especialmente en los países subdesarrollados, en los países más pobres.

 

Carmen Reinhart es de las mayores especialistas mundiales en crisis y en todo lo relacionado con la reestructuración de deuda, pública y privada. Es la economista jefe del Fondo Monetario Internacional, entidad encargada de la financiación y reestructuración de deuda de países que necesitan ayuda financiera, préstamos condicionados, por insolvencias temporales, profesora en Harvard, autora de conocidos libros sobre la materia, uno de los más recientes y conocidos, con Kenneth Rogoff sobre la evolución histórica de las crisis de deuda pública, con intereses apuntes sobre las crisis históricas que hubo en España, es premio Rey de España, etc. Buena analista. En resumen, quien nos dice esto es alguien muy preparado a quien sigo hace años. (Rubén)

 

Desde luego países como Etiopía, Somalia, Yemen, Líbano, Eritrea, … Como consecuencia de la pandemia tienen un riesgo muy alto de incumplimiento de pagos de deuda. Lo estamos viendo en Argentina. Además ahora se suman deudas derivadas de financiación china de proyectos y otros préstamos, que no siendo miembros del club de París, a veces no aparecen en las cuenta públicas de dichos estados, y de ejecutarse sobre el activo subyacente que usan de garantía (minas, reservas de MMPP, infraestructuras,  …) les privarían de una de sus principales fuentes de ingresos necesarios para la reestructuración de la deuda, implantación del programa, que conlleva la nueva financiación que aporta el FMI,  por lo que no aparecen explícitamente como el resto de deudas, en las cuentas públicas, por no hablar de otras. Es decir, del club de París, son miembros todos los países desarrollados (EEUU, Canadá, UE,…) y se obligan a asegurar una transparencia en la financiación interestatal, a un tipo de contratos, con cláusulas típicas a nivel internacional, aceptadas, jurisdicción, ley, idioma,  etc. . China no está incluida. No acepta ésta transparencia y esto hace que la deuda que parece que hay, es una y la que realmente hay, es otra (mucho mayor), además de las espirales de incremento de gato público y deuda que provocan las crisis financieras en los estados (Rubén) .

 

Cuando dejemos de dopar a la economía, nos vamos a encontrar con la crisis económica real. Ahora estamos en una crisis pandémica y la económico se ha ido desplazando (Rubén).

 

Carmen Reinhart ha tratado un tema muy interesante, que son los desequilibrios financieros. Es algo muy difícil de manejar ya que son movimientos a largo plazo que no son estables ya que, dependen de los tipos de interés, depende de las expectativas,… Estos movimientos a largo plazo desajustan a la economía y los estamos viendo venir desde hace tiempo pero, de una forma subyacente. La economía no funciona con un nivel de deuda disparatado porque crea una serie de deficiencias tremendas. El problema de todo esto es lograr recoger instrumentos para solucionar el problema (Eduardo).

 

Los políticos se han dado cuenta de que se les puede disparar la deuda pública pero, lo que no se les puede disparar es la tasa de paro. La gente entiende la tasa de paro pero no tienen ni idea sobre deuda pública. El político sabe que si tiene un 14% de paro no se le puede disparar a un 15% o más. Con los Ertes han visto la tremenda cantidad que necesitan para ayudas (Gonzalo).

 

La deuda hay que pagarla y hacerla frente. El apalancamiento se soluciona a medio y largo plazo y de una forma muy complicada. Tiene un coste muy fuerte ya que te obliga a reducir el gasto público y el déficit público. Cuando te suben los tipos de la deuda pública se produce una subida en los pagos de intereses y la necesidad de recortar más todavía los gastos corrientes, para cumplir con los objetivos de déficit. Ese dopaje en la economía se irá acabando, ahora la visión de la realidad económica está distorsionada, el crecimiento del PIB de 2021 se compara con un caída histórica del PIB en 2020, lo que provoca tasas de crecimiento económico anómalamente altas, 5, 6, 7 o incluso en algunos países el 8%, como pasará en 2022, pero no ya en 2023, que será muy baja, o incluso puede ser negativa, al compararla ya con 2022, nos parece que hay un fuerte crecimiento económico, pero sólo estamos recuperando lo perdido, que es un avance, sin duda, pero es eso. Si encima subimos las pensiones, los sueldos a los funcionarios, hemos contratado en el sector público a más de 300.000 personas, incrementado casi en un millón de personas las que reciben ingresos mínimos vitales, son medidas que incrementar el déficit público a largo plazo, de forma estructural y no coyuntural por la pandemia, que en buena medida van a tener que retirarse para cumplir con el déficit público, acompañado del  fuerte de gasto por intereses  por la subida de tipos que se aplicará a la deuda pública en 2023 en adelante, ya la vemos en 2022, va hacer que resulte muy complicado gestionarlo. Se encargará el siguiente gobierno (Rubén).

 

 

Por otro, la inflación. La inflación es un fenómeno de incremento de costes, si, pero también monetario,  se ha incrementado la masa monetaria de una forma brutal a la vez que caía el PIB. Hay una inflación de costes que provienen del encarecimiento de las energías, de la logística, materias primas, cuellos de botella y otros factores, pero también y, aunque no quieran reconocerlo, por este incremento de la masa monetaria, porque se dice que eso en ár4as monetarias como la del euro o dólar no se produce, no es cierto y lo veremos. Destruye valor económico. Un gobierno de izquierdas debería de preocuparse mucho porque erosiona la capacidad adquisitiva de forma impactante en los más vulnerables. Los salarios deben aumentar no por expectativas, por decisiones políticas, como estamos viendo con el SMI, sino vinculados al incremento de la productividad o no romperás con esta espiral inflacionista (Rubén).

 

En resumen se está acabando el tiempo de los cantos de sirena, del aplazamiento de las obligaciones, de los ánimos irracionales emitidos por autoridades que deberían no responder a ánimo, sino a seriedad, a explicación a la población pausada de la realidad, los ERTEs terminaran, la bajas de actividad de autónomos, todavía casi 400.000 personas, que aparentemente disminuyen las tasas reales de desempleo, las prórrogas concursales, el BCE dejara de comprar casi el 100% de la emisión de deuda española como ha sido en 2020, 2021, y sigue en 2022, sosteniendo los tipos de interés en tasa negativas, ya sube el diferencial del tipo de la deuda pública española en comparación a la alemana, las ayudas en forma de préstamos de la SEPI, CESCE, que ni si quiera se han utilizado casi, ¡que triste y que muestra de ineficiencia!, y las que lo han hecho pueden acabar en nacionalizaciones de empresas que incrementen el riesgo público, etc. El dopaje que ha distorsionado la realidad económica irá terminando en 2022 y 2023, a esto en parte se refiere Carmen Reihart, nos llega el tiempo de la gestión de verdad de la crisis económica que es normal que se haya distorsionado por la crisis pandémica ( Rubén)

 

Cada vez que aparece el tema del SMI y se dice que debe de ser el 60% del salario medio porque lo ordena la carta social europea, es falso. Quien quiera que se lea la carta social europea. Retaría a cualquiera que una vez se la ha leído, le diga que este hecho es cierto y que así lo afirma. Principalmente por que no dice absolutamente nada sobre el Salario Mínimo Interprofesional. Una buena parte de los países europeos que tienen subscrita en vigor la carta social europea, NO tienen salario mínimo. Analicemos esto (Gonzalo).