Marisa Estévez, Ingeniera Superior de Telecomunicaciones.

Ramón Tamames, Economista español y catedrático de estructura económica.

Rubén García Quismondo, Socio-Director de Quabbala abogados y economistas.

Se genera una nueva operadora muy igualada a  Bitel en Reino Unido. Mucho cambio y ver quién será el nuevo líder en este nuevo modelo de negocio de operadoras al que se debe ir a futuro.

En el pasado a España no le ha ido muy bien en las alianzas económicas con el Reino Unido. Aunque suelen ser alianzas prometedoras, España lo pasa mal ya que en Reino Unido quieren tomar el control y lo que parecía una buena opción, toma finalmente una mala trayectoria y quién lo ha conseguido, como el banco Santander por ejemplo, lo ha conseguido pero de una forma muy costosa y gracias a través del esfuerzo de muchos años. Es el riesgo de la integración por el hecho de convencer al regulador de la competencia.

Esta noticia coincide con la salida de los resultados de Telefónica, que muestran una caída del beneficio de 56%, gana 400 millones y ofrece pagar el dividendo canjeado en acciones.

La reguladora británica es muy independiente y muy dura. Aunque esta operación tiene probabilidades de salir adelante, también se puede decir que no de una manera tan fácil ya que es un mercado muy maduro donde hay una gran competencia. Se está decidiendo como abordar la actual implementación para la tecnología 5G. No podía abordar el capital en Telefónica por lo que se debía de buscar un inversor que le ayudara. Muchas piezas en el tablero. ¿Quién ganará la partida?.

La audiencia de la Spanish Chamber se ha quedado impresionada por las palabras de Rubén García-Quismondo augurando hasta 60.000 concursos, un colapso en el sistema judicial.

Sí les dio un susto, pero por hacerles pensar los que pueden tener en el Reino Unido.  Se va a tramitar en unos meses tantos concursos de acreedores como los que se tramitaron durante los cinco años de la gran recesión. Lo que se recomienda y se debe de intenta es que las empresas no vayan a concurso, sino que elaboren mecanismos de renegociación  de la deuda con acuerdos privados. Lo que se intenta es evitar que las empresas no vayan a concurso. Que intenten llegar a un acuerdo con sus acreedores, trabajadores arrendatarios, adaptarse a la nueva realidad económica. Que ciertos sectores no olviden «el punto muerto». Que cierren si le es más rentable que abrir de momento y adaptarse a una nueva realidad que nos acompañará este año y puede que el siguiente, pero que además habrá una gran competitividad con todos lo mercados.