La posición geopolítica y la situación actual de China

La República Popular China, como todos sabemos, es la segunda economía del mundo en términos reales de PIB, todavía a una buena distancia de Estados Unidos y preveo que esta sea su posición aún durante décadas.

Aunque algunos todavía siguen manteniendo que China llegará a ser la primera economía del planeta, el propio Gobierno chino lo fija para 2050. Ya veremos quién puede acertar en más o menos treinta años.

 

Lo cierto es que mientras Estados Unidos continúe creciendo a un ritmo entre el 2,5%-3,5% (el FMI prevé un crecimiento del 6,4% para este año tras el Covid), este logro no será posible si China continúa creciendo como hasta 2019 a tasas del 6%-7% (el FMI prevé un crecimiento para este año del 8,4%). Cada año, la distancia entre el tamaño de sus PIB se recortaría a favor de China, pero tan poco que tardaría muchísimas décadas en producirse ese nuevo liderazgo en
la economía mundial. Pero, como en economía las cosas no son así, no se puede esperar una vuelta a las tasas de crecimiento del 11%-12% que tocó China por el propio tirón de su economía, sino que quizás dentro de unos años, no tantos, pase a crecimientos de entre el 3%-5%, cuando la economía madure.

 

Estados Unidos es la economía más grande del mundo, sin vueltas ni matices, su PIB en términos reales es de 20,9 billones de dólares, mientras que el de China es de 12,9 billones; la renta per cápita en términos reales de Estados Unidos es de 56.000 dólares, mientras que la de China es de 9.200 dólares (puesto 67 en el ranking mundial).

 

Estados Unidos tiene una población de 325 millones de habitantes, mientras que China la habitan 1.340 millones.

La población de Estados Unidos nunca llegará a semejante tamaño, sólo India tiene esa población y la superará ampliamente, pero demográficamente todavía crece internamente, su tasa de natalidad es superior a 2, la mínima para la restitución de la población, y recibe nueva población inmigrante de forma continua; su estructura poblacional es razonable, no envejecida; no es un árbol, como Japón, Alemania, España, etc. y comienza a ser la de China.

No es lo mismo que un ciudadano de media disponga de 56.000 dólares que de 9.200 dólares.

 

La política del hijo único, mantenida por China en los últimos 40 años recientemente ha cambiado y se permitirán hasta tres hijos (medida aprobada por Xi Jinping debido a la baja natalidad), ha tenido sus efectos, ha permitido aumentar la renta per cápita al disminuir la población que tenía, y ya se sienten y sentirán más aún. Deja de existir lo que se llamó el dividendo demográfico (que ahora reciben India y otros países asiáticos), que permitió la incorporación en las tres últimas décadas de creciente población joven a la población activa, manteniendo la presión salarial, disponiendo de mano de obra barata para abastecer a la llamada fábrica del mundo, alimentando la emigración del campo a la ciudad que se produjo desde los años 1980, dando lugar a que hoy día más del 55% de la población de China sea urbana y llegue a ser del 70% en poco tiempo.

 

Similar coste de adquisición China ha desarrollado una política de introducir estos conceptos porque el PIB real es lo que importa a las empresas, los negocios, porque los vehículos, perfumes, máquinas, etc., cuestan en general lo mismo en China que en Alemania o en Estados Unidos; un Mercedes o un perfume de Chanel, o una prenda de Loewe; en general, con variaciones no tan sustanciales, cuesta igual en esos países.

 

 

En economía todo tiene sus ventajas e inconvenientes, como en la vida en general. Al final, el dinero del que dispone un país para sus inversiones en infraestructuras será el que se derive de su PIB real, aunque el coste de poner en marcha dicha infraestructura se vea influenciado por el coste de la mano de obra local, materiales locales, y eso mismo ocurre con el gasto militar, los recursos para la I+D, o el tamaño real del mercado para que las empresas, sobre todo internacionales, calculen sus proyecciones y planes de negocio.

 

Por tanto, está muy bien que el FMI diga que el PIB ppa (en términos de paridad de poder de compra) de China ha superado al de Estados Unidos y eso lleve a grandes titulares desde hace algún tiempo, pero los billones de dólares son los billones de dólares, sin más; y el coche que cuesta 69.000 dólares costará similar en China, Alemania o EEUU, con fluctuaciones por divisa, costes de distribución, logística según donde se fabrique y, sobre todo, los planes de la empresa fabricante de automóviles se basarán en esos cálculos.

 

 

Visto así podemos hacer un cálculo muy sencillo. Si Estados Unidos creciese a tasas de un 3% de su PIB real, crecería en 625.000 millones de dólares y si el de China crece el 6%, como pudiera estar previsto, pues crecería 775.000 millones de dólares. Por tanto, China acercaría en 150.000 millones el tamaño de su PIB al de Estados Unidos; y como la diferencia es de unos 8 billones, de mantener ambos ese ritmo de crecimiento (lo que todos sabemos que no será
así) China necesitaría más de 50 años para alcanzar el PIB de Estados Unidos.