Hablamos del acuerdo europeo en el que España espera obtener 140 mil millones de los 750 mil millones que hay en total.
Parece ser que son 4 los sectores que se beneficiarán. Parece que estos podrían ser los sectores más beneficiados: movilidad, sanidad, infraestructuras y la cadena agro-alimentaria.
Son 72 mil millones los que van a modo de subvenciones y el resto, 68 mil, como un préstamos a devolver en un período determinado. Como España aporta al presupuesto comunitario como un 10%, unos 75.000, esta cantidad superará a la que recibamos en forma de transferencias directas que no haya que devolver.
Es la comisión la que hace la emisión, amortizándola en unos 30 años, estando calificada la emisión con triple A (AAA), lo que es un avance porque es la primera vez en la historia que la comisión hace una emisión, que viene respaldada por su propio presupuesto que se nutre de las aportaciones de los estados miembros, que aportan el 1,07% de su renta nacional bruta (RNB) y, que proceden de parte de la recaudación del IVA y los aranceles en frontera, además de que también por primea vez se pretende aprobar impuestos de la UE, que gestionaría la comisión, sobre transacciones digitales o relacionadas con la economía circular, verde, con tasas sobre recipientes u otros, de forma que su presupuesto se vea complementado.
Dichos fondos se recibirían en 3 años, 2021-2023, y están supeditados a que los planes de cada estado perceptor, todos, que se presentan en la Comisión europea, y que los controlará cada seis meses en su evolución dentro de la información que semestralmente envía cada estado, con el derecho de los estados miembros, a solicitar, si así lo considera, que dicha ejecución sea revisada por el Consejo europeo, de jefes de gobierno.
Además deberá ser aprobado por el parlamento europeo, que no ha visto satisfechas muchas de sus aspiraciones, y seguro que pretenderá emendar el acuerdo para dar su necesaria aprobación.
También permiten una condicionalidad al mantenimiento del estado de derecho, en los estados miembros ya que hay mucha preocupación con las actuaciones de algunos estados miembros, como Hungría, Polonia, u otros.
En España hay 3 batallas claras que serían, control y reducción del gasto público para no subir impuestos, sino bajarlos, de forma selectiva y temporal, de forma que las cuentas públicas se consoliden en un escenario que comience en 2021, este año no es posible por la situación económica y, lo sea en dos o tres años. Por otro lado, la reforma del mercado de trabajo. Profundizando en la reforma laboral, no se puede dar un paso atrás en la llamada “reforma laboral”, sino que debe de mantenerse para reducir la tasa de desempleo, que por su incremento estará por encima del 20%, quizás ya un 22%, según EPA del 4T de 2020, la mejor estimación, en enero de 2021, e incluso llegar al 25% o más, de media nacional, en la EPA del 1T de 2021, con una tasa de desempleo juvenil que suele doblarla . Por último, la investigación y el desarrollo, que es la pieza imprescindible y necesaria para el futuro incremento del Valor Añadido, la productividad de la economía española, que mantiene una tasa de I+D lo que es un verdadero drama, digitalización y economía verde, esta última un sector en el que España es uno de los lideres mundiales.
