Política Energética

 

Hemos conocido la inflación de EEUU y de Alemania y hacen saltar las alertas en todo el mundo. ¿Qué escenario nos puede esperar?.

Si la inflación es coyuntural y obedece a causas como pueden ser la pandemia o la guerra de Ucrania, volveremos a la normalidad.

Si la inflación es estructural porque ha habido un exceso de liquidez en los mercados y se han impreso demasiados billetes, con barra libre monetaria, estamos en un panorama muy complicado en el que habrá inflación sin crecimiento económico.

Como respuesta inmediata habrá una subida de tipos moderada, pero habrá que plantearse reducir el gasto público (Hermenegildo).

 

Es innegable el incremento de la oferta monetaria que ha intervenido en la inflación. Una inflación provocada por un shock de oferta. Se debe al problema logístico que ha habido en China, la guerra de Ucrania, la pandemia,…. Parece que tiene un carácter coyuntural. La veremos descender. Debemos ser muy cautos con la inflación de segundas rondas, con las pensiones, con lo salarios,…

Aún no hemos recuperado el nivel económico de 2019. El resto de Europa sí, pero nosotros además, tenemos una inflación mucho más alta (más de 2 puntos) que el resto de países de Europa (Rubén).

 

Va a haber subidas de tipos. El shock de oferta se puede mantener porque la geopolítica va a hacer que cada vez las regiones sean más proteccionistas. Las empresas están cuidando mucho de tener aprovisionamientos y esto ajusta los precios de producción. Los últimos años China, ha reducido los costes y todos nos hemos beneficiado de esto, pero parece que es algo que se va a acabar. Esto parece que hace que no sea tan coyuntural. Por temas políticos y la transición energética encarecerá todo y mantendrá la inflación más, tipos de interés (Rafael).

 

La energía es uno de los principales factores de producción. Las fuentes de energía renovables aún no dan una estabilidad en los ciclos de energía eléctrica. El almacenamiento con fuentes de energía tradicionales es una solución. Al menos de momento ante una situación extraordinaria como es,  un choque de oferta, como consecuencia de la guerra de Ucrania. La gente piensa que a España no le afecta porque no consumimos gas ruso. Se cotiza en los mercados internacionales y el gas argelino tiene su impacto en la reducción de oferta por el gas ruso. Esta situación la ha aprovechado Italia para obtener un suministro de gas a largo plazo

Si hubiera una política energética presidida por criterios económicos y racionales, quizás nos plantearíamos la reapertura de pequeñas centrales nucleares como plantean Reino Unido y Francia (Hermenegildo).

 

Ya hemos visto un cambio en el mercado. Hay un descenso de consumo del gas argelino y un aumento del consumo del gas de EEUU. Es gas licuado, por tanto a priori más caro y en buena medida procedente del fracking que está prohibido en España. De una u otra manera, las bases que tenía la planificación de la transición energética más ecológica para 2030-2050, debería de ser revisada. El cuadro estratégico ha cambiado por los acontecimientos actuales y debería de primar el realismo y una aceptación de la situación actual y, no dejando a un lado estas ideas y objetivos, buscar conceder ya permisos para alargar la vida útil de las centrales nucleares que tenemos en España, que daría una señal muy importante al mercado y a las eléctricas. Hacer ver que podemos tener capacidad para obtener una garantía de potencia que las renovables no pueden darnos en estos momentos.

La energía nuclear está considerada por la UE como una energía renovable y parece que ciertas ideologías no nos permitan avanzar ni ser prácticos, sino que nos retrasa y pagamos un alto precio no basado en la racionalidad ecológica y económica.

Es similar a la bajada de impuestos. Bajar ahora impuestos, no es una cuestión de progresividad o no. Siempre es progresivo bajar los impuestos directos como el IRPF, porque afecta a la amplísima mayoría de las personas que deben declarar y pagan IRPF, tiene efectos de fomento del consumo en inversión ya que aumenta la renta disponible de los hogares; devuelve parte de las ganancias anómalas por impuesto que suben sólo por la inflación. Impulsar la inversión y el consumo devolviendo o no recaudando más por subidas inflacionarias de los impuestos directos e indirectos, bajar impuestos indirectos a los más afectados, sin con ello fomentar el consumo de hidrocarburos o electricidad en general sino en las empresas, de forma que sólo los consumidores finales deban soportar los incrementos debidos, modulando su consumo, no los traposrtostas, agricultores, pescadores, industrias electo intensivas u otros industriales; no es cierto que bajar impuestos no sea progresivo porque una minoría que no llega al mínimo no se vea afectada, mientras el 65-75% si vería reducidos sus impuestos, que son las clases medias, esa es una forma de pensamiento superada; se deben gestionar mejor los gastos públicos que no se han visto afectados por la crisis, siguen subiendo como si nada pasará, aumentando los efectos de la crisis sobre el sector privado de la economía, ya menor que el público, lo que en general disminuye la productividad general de la economía ( Rubén).

 

Debemos racionalizar el gasto público. Su aumento está descontrolado. La proyección de la población en Europa es envejecer. Esto implica más gasto y menor producción. Todo va en contra. Hay que activarse y reaccionar para responder antes estas adversidades y aspectos negativos que parece que atañen a Europa (Rafael).