Un mundo mejor

 

Hay gobiernos muy críticos con los beneficios de algunas empresas. Hay un foco en las petroleras.  Joe Biden, demócrata, expone en su discurso una feroz crítica a éste sector ya que el pensaba que éstas harían algo con los beneficios extraordinarios.   Propone cuadruplicar el impuesto sobre la recompra de las acciones por parte de las empresas para fomentar  inversiones a largo plazo criticando que las petroleras debían de haber invertido en producción para mantener bajo el precio de la gasolina. En lugar de esto han reinvertido el dinero para la recompra de sus propias acciones.

 

Quizás Joe Biden debería de dirigir el país y no meterse en las empresas privadas y en lo que éstas hacen ya que, las forman profesionales que saben qué deben hacer con el dinero que generan. Tienen que ganar dinero para pagar impuestos y recompensar a sus accionistas. Lo que estamos viendo es una transformación ideológica terrible y esto es, intervenir en todo.

Esto no funciona. En España por ejemplo, tenemos una tasa de paro gigantesca y lo que logran con leyes que protegen tanto al trabajador, es exactamente lo opuesto, ahogando al empresario y reduciendo así, el número o la posibilidad de contrataciones. El empresario se ve en una situación de supervivencia continua en diversos sectores.

Uno ve los datos de los empleos fijos discontinuos y son continuas dimisiones, no se  cumple el periodo de prueba,… Esto es porque el empresario no tiene cómo contratar. No puede flexibilizar ya que no hay contrato temporal. Se suprime el temporal pero no suprimes las indemnizaciones por lo que, el empresario finalmente, que está en un mercado muy competitivo, no puede salir adelante y cada vez está más asfixiado por todas las restricciones e impuestos que tienen. El sector público siempre quiere más y no se dan cuenta que para mantener tantos empleados públicos están secando los recursos que producen las empresas pequeñas, que son quiénes generan empleo y generan los pagos de muchos impuestos (Rubén).

 

Por otro lado, la Empresa Nacional de Celulosas (ENCE), tiene ahora el permiso medioambiental favorable para fabricar celulosa ya que tiene una extensión favorable del periodo que había solicitado y que además, la licencia que se le dio que había sido revocada por la Audiencia Nacional, se mantiene. ¿Quién había recurrido? Greenpeace. Su labor es buena, pero si una actividad humana no tiene impacto medioambiental y miles de familias de una región dependen de esto, no tiene sentido buscar el hecho de terminar con ésta actividad. Se pueden reconducir las emisiones y respetar la naturaleza pero no impedir la actividad (Rubén).

Hay normas que hay cumplir pero una  norma posterior no puede derogar derechos adquiridos. Es un principio básico muy importante en la normativa medioambiental. No podemos destruir toda la economía para proteger el planeta. Es decir, sí, pero no hay que poner en peligro la supervivencia del propio ser humano y, mientras se cumplan unos parámetros y nuestra acción no repercuta de una forma negativa el medioambiente, debemos de ir adelante (Juan Ignacio).